Este mural fue una colaboración con el Hotel Vista La Ribera, donde se me solicitó integrar la icónica camioneta de su restaurante.

Me inspiré en los caminos que llevan al hotel, rodeados de la característica vegetación desértica de la región que tanto amo. Los paseos en carretera me resultan profundamente reflexivos, ya que la repetición de elementos crea un efecto hipnotizante.

También incluí al burro del hotel, un símbolo que añade autenticidad y cercanía. Al ilustrar un espacio y elementos distintivos, busco que las personas conecten de forma más profunda con la pintura, promoviendo una mayor apreciación de su entorno.